Wangdrak Rinpoche: maestro de Gebchak

Wangdrak Rinpoche: maestro de Gebchak

En los próximos emails les estaré contando sobre mi viaje a Tíbet del Este (seguramente publicaré videos, pero voy a tardar algún tiempo en producirlos). Quiero utilizar este email que comparto con ustedes para dejar registradas algunas vivencias.

Una de las más importantes fue el encuentro con Wangdrak Rinpoche, quien me ofreció su centro de retiros para alojarme y también su tiempo para mostrarme Nangchen a pesar de su ocupada agenda.


Wangdrak Rinpoche, nacido en 1967, es un lama del convento de Gebchak, en Nangchen, prefectura de Yushu, provincia de Qinghai (este del Tíbet). Es reconocido como la tercera reencarnación de Wangdrak Dorje, discípulo del primer Tsoknyi Rinpoche y de Tsangyang Gyamtso, fundador del convento. Ambos fueron figuras decisivas en el establecimiento de Gebchak y célebres por su dominio de tsa-lung (ejercicios yógicos para la manipulación de energías en el cuerpo sutil) y prácticas meditativas.

El reconocimiento del actual renacimiento se llevó a cabo de manera formal por Su Santidad Sakya Trizin, quien emitió una carta profética extraordinariamente precisa. En ella se describían su nombre, los nombres de sus padres, el lugar y año de su nacimiento, así como una marca única en su espalda. Cada detalle de esa carta resultó correcto. Esa carta profética fue emitida de acuerdo con las señales que Sakya Trizin recibió en meditación, y el reconocimiento fue, además, confirmado por Su Santidad Gyalwang Drukpa, líder de la escuela Drukpa, y por Su Eminencia Tai Situ Rinpoche.

Desde niño Wangdrak rinpoche recibió una formación budista, a los nueve años ingresó al monasterio de Chodrak, perteneciente a las tradiciones Karma Kagyu y Barom Kagyu, donde completó el aprendizaje ritual tradicional. Posteriormente, en el lugar de retiro de Trachok, estudió bajo la guía de Trachok Karma Tseten, el maestro de dzogchen y mahamudra más renombrado del Tíbet oriental. Allí pasó tres años en retiro de meditación solitaria, adquiriendo experiencia directa al aplicar las instrucciones recibidas.

Sus estudios formales de filosofía budista los realizó en la universidad monástica de Dzongsar, en Derge, considerada el centro más prestigioso del Tíbet para el estudio no sectario de las escrituras. Completó el programa de nueve años, ocupando siempre los primeros puestos de su clase y obteniendo el grado de khenpo. Además, recibió la transmisión completa del linaje de Gebchak de Su Eminencia Trulshik Adeu Rinpoche, destacado maestro de la tradición Drukpa Kagyu. Tuvo también la fortuna de recibir iniciaciones y enseñanzas de grandes lamas como Khenpo Jigme Phuntsok Rinpoche, Dilgo Khyentse Rinpoche, Tai Situ Rinpoche, Jamgon Kongtrul Rinpoche, Tsoknyi Rinpoche.

Tras finalizar sus estudios, enseñó filosofía budista en el monasterio de Chodrak durante tres años, y luego en el convento Gebchak de Nepal. A petición de Tsoknyi Rinpoche y de las monjas de Gebchak, Rinpoche aceptó la responsabilidad de trabajar por el bienestar material del convento. Desde 2003 dedica su vida a proveer alimentos, asistencia médica e infraestructura para garantizar la continuidad de la tradición yóguica de Gebchak. Como parte de esta misión, fundó el fondo de alimentación y salud, y trabaja constantemente para fortalecer la práctica espiritual única de este convento.

Actualmente reside en Nangchen, donde supervisa el convento de Gebchak y su ermita Dongtsang Ritro, dedicando su vida a preservar y enriquecer el legado espiritual vajrayāna de esta comunidad.

Al despedirnos, Rinpoche me regaló una thangka (pintura budista) bendecida del linaje de Gebchak que estaré llevando a Argentina para que puedan conectar con él y la tradición de Gebchak.

Si desean colaborar con su proyecto, pueden realizar una donación en la página del convento de Gebchak. En un video futuro les estaré contando de la comunidad de estas monjas que practican con una intensidad y felicidad que no he visto en otros sitios.

Me puso muy feliz ver que en Tíbet el budismo se sigue practicando de manera completamente auténtica y que la tradición está realmente establecida. Recorri cientos y cientos de kilómetros en este viaje y en absolutamente todos los pueblos encontré monasterios y grandes estupas representando la mente iluminada del Buda.