Introducción a la vacuidad parte 2. Madhyamaka: el Camino Medio
Nāgārjuna es el padre de la escuela de pensamiento Madhyamaka
Nāgārjuna es el padre de la escuela de pensamiento Madhyamaka (Tib. dbu ma): si bien su presentación sobre la naturaleza de la realidad fue expuesta por el Buda, Nāgārjuna fue quien elaboró las ideas que se hallaban sintetizadas en los sūtras y las expuso como el método para lograr el completo despertar.
Nāgārjuna fue uno de los pensadores más influyentes del Gran Vehículo, su comentario original Los versos fundamentales del camino medio (Sáns. mūlamadhyamakakārikā, Tib. dbu ma rtsa ba shes rab)[1] suscitó una vasta producción de literatura que, a su vez, dio lugar a distintas escuelas de pensamiento de Madhyamaka, asegurando todas ellas revelar la intención original del Buda.
Si bien existen distintas escuelas e interpretaciones de Madhyamaka, algunas de las cuales veremos a continuación, todas proponen practicar el Camino Medio propuesto por Nāgārjuna, el punto de vista libre de los cuatro extremos (Tib. mtha’ bzhi), a saber, existencia (Tib. yod mtha’), no existencia (Tib. med mtha’), existencia y no existencia (Tib. yod med mtha’), y no existencia ni no no-existencia (Tib. yod med min). Los versos fundamentales del camino medio de Nāgārjuna comienza de la siguiente manera:
No de sí mismo, no de otro,
no de ambos,
y tampoco sin una causa:
nunca nada ha surgido en ningún lugar.[2]
De este modo, Madhyamaka manifiesta que la verdad absoluta no puede ser comprendida a través de pensamientos o conceptos; sólo puede ser vivenciada por medio de la cognición no dual, que está libre de toda fabricación conceptual.
Las dos verdades
Aunque la verdad absoluta sólo puede ser conocida al transcender los conceptos, Nāgārjuna explica la importancia de utilizarlos al describir el camino y el método para vivenciar la realidad:
Sin apoyarse en la verdad convencional
el significado de lo absoluto no puede explicarse,
y sin comprender el significado de lo absoluto
nirvana no puede ser logrado.[3]
Así, utilizando conceptos, Nāgārjuna presenta las dos verdades (Tib. bden pa gnyis) como componente principal para comprender la naturaleza de la realidad:
Las enseñanzas del Buda se apoyan sobre las dos verdades:
la verdad convencional y la verdad absoluta.
Aquél que no sepa la distinción entre estas dos verdades
no comprenderá las profundas enseñanzas del Buda.[4]
Nāgārjuna utiliza el modelo de las dos verdades para explicar la dicotomía entre lo percibido por una cognición ordinaria y por aquella que tiene acceso al nivel absoluto de la realidad. Así, cada una de estas verdades utiliza su propio tipo de razonamiento: la cognición válida convencional (Tib. tha snyad dpyod pa’i tshad ma), que tiene como objeto de investigación los aspectos convencionales, o superficiales; y la cognición válida última (Tib. don dam dpyod pa’i tshad ma) que tiene como objeto de investigación la verdadera naturaleza de la realidad. Cada una de estas investigaciones tiene su propio objeto de estudio y nunca deben intercambiarse, es decir, si utilizamos el marco provisto por la cognición válida absoluta que deconstruye la realidad para comprender los procesos involucrados en la producción de causas y efectos, concluiremos que no hay objeto de ser investigado debido a que no hay nada realmente establecido; por el contrario, si utilizamos la cognición válida convencional para investigar la verdad absoluta, concluiremos que los fenómenos no son vacíos de existencia intrínseca. Así, cada vez que estudiamos y reflexionamos sobre la naturaleza de la realidad, tenemos que tener en claro si estamos analizando la verdad convencional, o la absoluta.
El “yo” de las personas y de las cosas: el origen del problema
Tradicionalmente se identifican dos tipos de “yo”: el “yo” de las personas (Tib. gang zag gi bdag), y el “yo” de los fenómenos (Tib. chos kyi bdag). El primer tipo de “yo” es la esencia de la persona (o del ser vivo) que forma la experiencia subjetiva como perceptor, de manera que el “yo” siempre está presente en toda experiencia vivida, ya sea del pasado, presente o futuro. Si bien experimentamos esta identificación con el “yo” en todo momento, en general, se hace más obvia frente a emociones fuertes tales como el enojo, la ira, el apego, etcétera. El segundo tipo de “yo,” el de los fenómenos, se refiere a la esencia de las formas mediante la cual la cognición los identifica y categoriza.
El aferramiento a los dos tipos de “yo” es la causa principal de ignorancia, que luego conduce al sufrimiento. Se denomina “ignorancia” debido a que sólo una cognición confundida puede imputar la existencia de un “yo” en donde nunca existió. La única prueba de su existencia son nuestros sentidos, ya que cuando investigamos la persona y las entidades no hay nada que pueda ser hallado. Así, sólo una cognición confundida puede experimentar los conceptos de “yo” como reales. De esta manera, entender la ausencia de esencias en las personas y fenómenos es un punto clave para comprender la doctrina de Nāgārjuna.
El Camino Medio de Nāgārjuna
En Los versos fundamentales del camino medio, además de describir la naturaleza de la realidad, Nāgārjuna demuestra inconsistencias lógicas en las diferentes presentaciones de otras escuelas budistas y no budistas. De esta manera, Nāgārjuna introduce el camino medio, un punto de vista que presenta el camino al despertar sin caer en inconsistencias lógicas, ya que no utiliza un lenguaje afirmativo cuando describe la realidad, sino que lo hace por vía negativa[5]. Es decir, señala aquello que no es verdadero, de allí su célebre frase “dado que no he afirmado nada, yo estoy libre de faltas”.[6] Así, Madhyamaka se ubica por encima de las escuelas Vaibhāṣika y Sautrāntika, comentadas anteriormente, ya que Nāgārjuna demuestra las fallas lógicas en sus presentaciones y explica que la suya está libre de fallas al no tomar posición filosófica alguna.
Si bien en este contexto nos seguimos refiriendo al camino propuesto por Nāgārjuna como “filosofía”, en realidad, se trata de una crítica a toda filosofía. Nāgārjuna no está describiendo la realidad que surge frente a nuestras percepciones, sino que cada uno de sus versos exclama “¡si aún crees en las cosas tal como aparecen, estás viviendo un mundo de espejismos!”. Su método revela los límites del mundo conceptual al demostrarnos los errores cognitivos a los que estamos sometidos de manera constante y nos transporta a los confines del mundo fabricado para que demos el siguiente paso en dirección de la única verdad auténtica, la dimensión real de todo, denominado en el budismo “la verdad absoluta”.
La naturaleza de la vacuidad
En su tratado sobre el camino medio, Nāgārjuna afirma que no hay nada que exista por sus propios medios —intrínseca u objetivamente— de manera individual, permanente y establecida; en otras palabras, no existe ningún fenómeno que no sea vacío. Como vimos anteriormente, decir que algo es vacío es una oración incompleta, ya que no indica aquello ausente. Dicho de otro modo, a la afirmación “el árbol es vacío” le sigue la pregunta ¿vacío de qué? Nāgārjuna entiende la vacuidad como aquello vacío de sí mismo, es decir, cuando se investiga la entidad, nada realmente establecido (Tib. bden grub) es encontrado. El árbol, vacío de sí mismo, revela que no posee ninguna característica individual o esencial, sino que está constituido por partes y, dadas ciertas causas y condiciones, el “árbol” surge. Éste es un entendimiento de la vacuidad que comparten la mayoría de las escuelas pertenecientes al Gran Vehículo. A diferencia de las escuelas Vaibhāṣika y Sautrāntika, Nāgārjuna afirma que, cuando la entidad es analizada, no se encuentra nada que la defina, es decir, no hay nada que tenga una existencia real. Por ejemplo, si analizamos el agua, su conformación química es H2O, aquí una molécula de agua se compone de dos átomos[7] de hidrógeno enlazados a un átomo de oxígeno. Cuando investigamos la molécula de agua encontramos que está compuesta por partes, es decir, no existe de manera individual como una sola entidad, tampoco es permanente, porque cuando se expone al calor se transforma en vapor, es decir, su estado cambia. Tampoco está establecida por sus propios medios, ya que algo establecido por sus propios medios debe poseer una esencia estática que no permita el cambio y, aquí, aquello que llamamos “agua” es en verdad un conjunto de elementos denominados “agua”. En otras palabras, no hay nada que exista realmente por sus propios medios, los conceptos que definen la entidad “agua” están basados en la función que realiza en el momento actual, mientras que la entidad por sí misma no posee ninguna característica o esencia realmente existente.
Como hemos visto en el ensayo previo sobre la vacuidad, la escuela Sautrāntika utiliza universales para definir y caracterizar a las entidades, Nāgārjuna refuta la existencia de universales y afirma que no son necesarios para definir la función de los fenómenos. La ausencia de una esencia definitoria se puede ilustrar, por ejemplo, con una mesa de madera que, al entrar en contacto con fuego, actúa como leña: ¿en dónde se encuentra la esencia de mesa en el primer momento y en dónde la esencia de leña en el segundo? Los fenómenos son denominados por la función que realizan en un momento dado, es decir, el mismo objeto se denomina “mesa” cuando sirve como soporte para otros objetos, mientras que se lo denomina “leña” cuando funciona como combustible para el fuego. Así, Nāgārjuna afirma que todos los fenómenos carecen de esencia; de otra manera, esa esencia definitoria no permitiría el cambio y la mesa no podría convertirse en leña, como tampoco el agua, en vapor.
Mediante esta presentación, Nāgārjuna elucida la función de los fenómenos sin la necesidad de utilizar átomos como la escuela Vaibhāṣika, y sin la utilización de universales como la escuela Sautrāntika. Éste es el punto clave que define el camino al despertar para Nāgārjuna: todos los fenómenos, incluidas las personas, carecen de esencia y de existencia intrínseca. De esta manera, la causa del sufrimiento, el aferramiento de la mente al “yo” de las personas y de las entidades como reales y existentes es simplemente una equivocación, ilustrada tradicionalmente con el ejemplo antes visto de la soga que yace en el suelo en la oscuridad y que es confundida con una serpiente. Tan pronto como la luz es encendida la oscuridad de la equivocación se disipa y se ve con claridad la realidad, es decir, la ausencia de existencia intrínseca y esto es el despertar espiritual, la erradicación de todo error cognitivo que tiene como consecuencia la liberación de todo sufrimiento y la omnisciencia.
Tal como vimos anteriormente, Nāgārjuna utiliza un discurso deconstructivo, en el cual predomina la negación de las entidades y sus características, como método para revelar la verdadera naturaleza de todos los fenómenos. En El fin de las disputas (Sánc. vigrahavyāvartanī, Tib. rtsod pa zlog pa) Nāgārjuna explica:
Si he afirmado algo,
entonces podría haber cometido algún error,
pero dado que no he afirmado nada,
estoy libre de faltas.
Si existiese algo observable,
como un objeto de la percepción directa, etc.,
habría algo para establecer o refutar,
pero dado que esa no es mi posición, yo no puedo ser criticado.[8]
Así, aquél que sostenga un punto de vista, no importa cuál sea, tendrá una visión incorrecta de la realidad. De esta manera, Nāgārjuna manifiesta que él está libre de error debido a que no sostiene ninguna posición[9], sino que evoca la verdadera naturaleza que trasciende toda postura filosófica y concepto a través de refutar todos los puntos de vista.
El surgimiento de fenómenos vacíos: la doctrina de la originación interdependiente
Hasta ahora, hemos analizado el modo en el cual los fenómenos no existen. Es muy común confundir la vacuidad con la nada misma cuando se la comprende de manera incorrecta; sin embargo, la refutación de la existencia sin aceptar las apariencias de los fenómenos es un punto de vista incorrecto, ya que no coincide con nuestra experiencia. Como dijimos, Nāgārjuna rechaza este punto de vista al refutar el segundo modo de no ser, la no existencia. Un aspecto clave a comprender en su presentación de la realidad es que las apariencias de los fenómenos están fuera del límite de su refutación. Es decir, Nāgārjuna refuta la existencia de todo fenómeno, pero no de sus apariencias, ya que meras apariencias —carentes de todo elemento “sustancial”— no causan el aferramiento mental que conduce al sufrimiento. En su texto Los versos sobre el corazón de la originación interdependiente (Sánc. pratītyasamutpāda hṛdaya kārikā, Tib. rten cing ‘brel par ‘byung ba’i snying po tshig le’ur byas pa) Nāgārjuna explica:
Todos los “seres” consisten en causas y resultados,
en las cuales no hay “ser” alguno.
De fenómenos exclusivamente vacíos
solo surgen fenómenos vacíos,
[Así] todas las cosas carecen de un “yo” y “mío”[10].
Y en su texto Los versos fundamentales del camino medio, explica:
Hemos explicado que la originación interdependiente
es la vacuidad.
La vacuidad es un concepto dependiente,
[y] eso es justamente el camino medio.[11]
Contradiciendo al sentido común, Nāgārjuna señala que todos los fenómenos, tanto internos (pensamientos y conceptos) como externos (aquello ajeno a nuestro ser), surgen de manera interdependiente. Mientras que, en el budismo temprano, la doctrina de originación interdependiente explica de manera exclusiva el surgimiento y el cesamiento del sufrimiento, y no de fenómenos externos, Nāgārjuna reinterpreta la doctrina y explica la manera en la cual todos los fenómenos internos y externos surgen, permanecen y cesan. Luego, al caracterizar la interdependencia como vacía de existencia intrínseca, Nāgārjuna logra explicar el surgimiento de los fenómenos sin poner en riesgo el objetivo último, el despertar. Por el contrario, la interdependencia, caracterizada como realmente existente o “no-vacía”, podría aún describir el mundo de las apariencias, pero impediría la obtención del despertar. Un punto clave a comprender de la doctrina de Nāgārjuna es que todo fenómeno caracterizado y luego percibido como “real” se convierte automáticamente en un obstáculo para alcanzar el despertar, debido a que una mente que se aferra a “algo”, sea un concepto o un fenómeno externo, se confina dentro de los límites del mundo conceptual que obscurece la realidad tal cual es. Así, Nāgārjuna explica que todo fenómeno percibido debe ser comprendido como una mera apariencia o ilusión:
Como una ilusión, como un sueño, como una ciudad de gandharvas[12],
originación, permanencia y cesación se declaran ser.[13]
Nunca nada ha surgido pero todo surge
Nāgārjuna comienza su texto Los versos fundamentales del camino medio explicando que nunca nada ha surgido; mientras que en Los versos sobre el corazón de la originación interdependiente explica: “de fenómenos exclusivamente vacíos sólo surgen fenómenos vacíos”. Si bien, a priori, estas dos afirmaciones parecen contradictorias, en verdad Nāgārjuna continúa ilustrando el mismo argumento: nunca un fenómeno real ha surgido, debido a que este tipo de fenómeno no existe. En este sentido, uno de los puntos claves a comprender en el estudio de Madhyamaka es la distinción entre las dos verdades. Cuando los cuatro extremos de existencia y no existencia son refutados y se afirma que nunca nada ha surgido, el autor está presentando la verdad absoluta; por el contrario, cuando se explica que los fenómenos surgen en mutua dependencia, el autor está presentando la verdad convencional. Así, desde el punto de vista convencional, el surgimiento y la caracterización de fenómenos vacíos, o apariencias, ocurre de manera dependiente a otros fenómenos y no de manera independiente como se presenta a nuestra cognición incorrecta. En otras palabras, los fenómenos surgen basados en causas, condiciones, y en mutua dependencia con otros fenómenos, mientras que su naturaleza es siempre vacía.
Todo es una mera designación
El argumento central de Nāgārjuna consiste en que todos los fenómenos, incluyendo a la vacuidad, carecen de esencia. Así, caracteriza a toda entidad como una mera designación, o una mera etiqueta que identifica a la entidad en un momento dado. Al contrario de la escuela Vaibhāṣika, en donde se afirma que las esencias de los fenómenos son reales y que tienen la capacidad para funcionar, Nāgārjuna explica que la única manera en la que los fenómenos pueden surgir y funcionar es justamente careciendo de esencia. Por el contrario, como hemos visto antes, la presencia de una esencia elemental no permitiría el cambio y, de este modo, los fenómenos no podrían interactuar con su medio.
Nāgārjuna entonces define al camino medio como aquello que evita todos los extremos de existencia y no existencia, el primer extremo lo evita a través de proponer la vacuidad, es decir, la ausencia de existencia intrínseca, y el segundo a través de demostrar que la vacuidad no es simplemente la nada absoluta, sino que los fenómenos surgen de manera interdependiente, basados en causas y condiciones.
Resumen
Si bien la lógica utilizada por Nāgārjuna tiene cierto nivel de dificultad, su presentación del camino medio es relativamente simple, ya que incorpora una cantidad mínima de elementos demostrando que su intensión única, al igual que la del Buda, es revelar el camino al despertar y no desarrollar una filosofía que demuestre los intricados procesos del universo, a diferencia de lo que podemos observar en algunas filosofías occidentales.
Nāgārjuna explica que el único punto de vista correcto es aquél que trasciende todos los extremos de existencia y no existencia y, por ende, los conceptos. De esa manera, la sabiduría no dualista (Tib. mi rtog pa’i ye shes) es la única que comprende la naturaleza de la realidad.
Tal como hemos visto, Nāgārjuna opta por una posición objetiva al describir la naturaleza de la realidad, en la que omite la experiencia y la subjetividad del individuo y se enfoca en describir el silencio meditativo a través del uso de una dialéctica negativa; la cual, dada su naturaleza, no permite desarrollar una descripción del camino de purificación, una de las principales características de la escuela Yogācāra. Esta carencia del método de Nāgārjuna no debe percibirse como una falla en el sistema, sino como una presentación para practicantes con tendencias que coinciden con las características de este camino. Mipham (Tib. jam mgon mi pham rgya mtsho, 1846-1912) explica que el camino presentado por Nāgārjuna es óptimo —y por lo tanto más directo— para aquellos practicantes de facultades superiores, aunque para el resto un camino gradual es más efectivo. A continuación, estudiaremos el camino de Yogācāra, el cual puede verse como un intento de complementar las carencias comentadas y balancear la tendencia hacia el nihilismo del Madhyamaka cuando no se la comprende correctamente.
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Si bien existen traducciones al inglés de Los versos fundamentales del camino medio aquí he optado por realizar mi propia traducción del tibetano, ya que las diferencias entre las traducciones del texto al inglés son notables. Estas diferencias se acentúan aún más en las traducciones del sánscrito y del tibetano al inglés, a punto tal que por momentos se leen dos textos completamente diferentes. ↑
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Mūlamadhyamakakārikā [Fundamentos del camino medio,] /bdag las ma yin gzhan las min/ /gnyis las ma yin rgyu med min/ /dngos po gang dag gang na yang/ /skye ba nam yang yod ma yin/ ↑
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Mūlamadhyamakakārikā [Fundamentos del camino medio,] /tha snyad la ni ma brten par/_/dam pa’i don ni bstan mi nus/_/dam pa’i don ni ma rtogs par/_/mya ngan ‘das pa thob mi ‘gyur/ ↑
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Mūlamadhyamakakārikā [Fundamentos del camino medio,] /bden pa gnyis la yang dag brten/_/’jig rten kun rdzob bden pa dang/_/dam pa’i don gyi bden pa’o/_/gang dag bden pa de gnyis kyi/_/rnam dbye rnam par mi shes pa/_/de dag sangs rgyas bstan pa ni/_/zab mo’i de nyid rnam mi shes/ ↑
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La dialéctica negativa es utilizada también en teología como método para describir aquello que la deidad no es y así acercarse a lo que realmente es. En este caso Nāgārjuna, reconociendo que la verdad se encuentra más allá de los conceptos y que las palabras solo acarician la verdad, pero no son la verdad, opta por utilizar un lenguaje negativo el cual remueve lo falso y deja lo verdadero intacto para ser revelado. ↑
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Vigrahavyāvartanī [refutación de objeciones,] Nāgārjuna, /gal te ngas dam bcas ‘ga’ yod/_/des na nga la skyon de yod/_/nga la dam bca’ med pas na/_/nga la skyon med kho na yin/ ↑
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Nāgārjuna demuestra en Los versos fundamentales del camino medio que los átomos también son solo fabricaciones conceptuales como todos los fenómenos, y concluye que no tienen ninguna existencia real. ↑
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Vigrahavyāvartanī [Refutación de objeciones,] /gal te ngas dam bcas ‘ga’ yod/_/des na nga la skyon de yod/_/nga la dam bca’ med pas na/_/nga la skyon med kho na yin/_/gal te mngon sum la sogs pa’i/_/don gyis ‘ga’ zhig dmigs na ni/_/bsgrub pa’am bzlog par bya na de/_/med phyir de la klan ka med/ ↑
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No adoptar postura filosófica alguna es un punto de debate dentro y fuera del budismo, ya que algunos sostienen que no adoptar postura alguna es también una postura filosófica. ↑
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Pratītyasamutpāda hṛdaya kārikā [Los versos sobre el corazón de la originación interdependiente,] ‘gro kun rgyu dang ‘bras bu ste/ ‘di la sems can ci yang med/ stong pa kho na’i chos rnams las/ stong pa’i chos rnams ‘byung ba zad/ bdag dang bdag gi med pa’i chos/ ↑
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Mūlamadhyamakakārikā [Fundamentos del camino medio,] /rten cing ‘brel bar ‘byung ba gang/_/de ni stong pa nyid du bshad/_/de ni brten nas gdags pa ste/_/de nyid dbu ma’i lam yin no/ ↑
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Gandharvas son una clase de seres mitológicos que viven en el cielo. Una ciudad de gandharvas hace referencia a la naturaleza ilusoria de la originación, permanencia y cesación. ↑
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Mūlamadhyamakakārikā [Fundamentos del camino medio,] /rmi lam ji bzhin sgyu ma bzhin//dri za’i grong khyer ji bzhin du//de bzhin skye dang de bzhin gnas//de bzhin du ni ‘jig pa gsungs/ ↑