El poder de los deseos y aspiraciones
Seguramente muchos de ustedes conocen o escucharon hablar de Tulku Thondup, él fue un gran maestro y meditador que nos abandono hace menos de un mes. Tulku Thondup colaboró muchísimo con la difusión del budismo, en particular en occidente, es el autor de numerosos libros y también brindo muchas enseñanzas orales. Aquellos que no lo conozcan pueden generar una conexión con él mirando este corto video en Youtube en donde comenta «lo más importante sobre la meditación» (si no entienden ingles, pueden activar los subtítulos en español).
Luego de que Tulku Thondup abandonara su cuerpo, su esposa Lydia Segal compuso la siguiente carta que quería compartir con ustedes en donde me gustaría enfatizar lo que indica acerca del poder de las aspiraciones. En el Abhidharma podemos encontrar una explicación sobre el comienzo del universo, y la causa principal se identifica como el deseo de los seres. Cuando estudié el texto no llegue a dimensionar el poder de los deseos y aspiraciones, en la carta que leerán a continuación pueden observar que Tulku Thondup nos pide que no hagamos aspiraciones para que vuelva a renacer debido a que si no toma un nuevo renacimiento podrá beneficiar a una mayor cantidad de seres.
Cuando Lydia Segal difundió su carta, pensé que era un momento propicio para recordar el poder de las aspiraciones altruistas, de nuestros pensamientos y palabras. El budismo nos proporciona un marco de disciplina que nos insta a ser siempre conscientes de nuestros pensamientos y palabras, reconociendo su poder potencial, tanto positivo como negativo dependiendo de la emoción que da origen a este pensamiento, que a menudo pasa desapercibido.
Carta de Lydia Segal
Queridos Amigos,
Como todos ustedes saben, nuestro sublime perfecto maestro, mi amado esposo Tulku Thondup Rinpoche, falleció el 29 de diciembre. Es una pérdida enorme, no solo para mí, que crecí con él desde los 19 años, sino también para el linaje del Longchen Nyingthig y todos aquellos a quienes tocó en todo el mundo. No tenía idea de cuántos, o cuán profundamente, hasta el desbordamiento de aprecio tras su Parinirvana.
Como muchos de ustedes saben, Tulku tuvo problemas de salud durante algún tiempo. Dijo a fines de octubre que el momento de la muerte estaba llegando muy pronto. Y, en retrospectiva, hubo una intensidad creciente en su devoción y oraciones en la preparación para el 29 de diciembre, como si lo hubiera sabido. Siempre fue muy disciplinado, un hombre con una misión, orando y meditando continuamente sin desperdiciar tiempo. Pero parecía como si sus oraciones estuvieran más cargadas estos últimos meses, incluso mientras continuaba su normal, pacífica vida diaria.
Siempre había intentado ignorar, al menos frente a él, sus declaraciones sobre su inminente muerte e intentaba hacerle pensar que le quedaban muchos años.
Pero cuando llegó el momento en las primeras horas del 29 de diciembre, y los maravillosos doctores y enfermeras en la UCI ya no podían hacer más, una mirada asombrosamente alegre floreció en el rostro de Tulku. Aunque estaba sedado, parecía estar mirando hacia arriba, surgiendo y radiando alegría trascendental. Sentí que estaba siendo abrazado por los Tathagatas en su alegría, amor y paz sin límites. Nada en la UCI podía ocultar o restringir la espléndida alegría en su rostro, ni su sedación, ni el tubo de respiración, ni las bolsas de suero. Simplemente brillaba.
Tulku Rinpoche me dejó un testamento personal en el que dijo que, cuando falleciera, no permanecería en tukdam, meditando en su cuerpo. En su lugar, iría inmediatamente a Dewa Chen. Dijo que la razón por la que iría a Dewa Chen era porque podría ver las necesidades de más seres, escuchar más súplicas de seres, y ayudar a más seres de manera más efectiva desde ese estado. Me pidió que les pidiera a los lamas, especialmente en el Tíbet donde normalmente compondrían una oración para un renacimiento rápido, que no oren por su pronto regreso porque podría ser forzado a regresar de Dewa Chen prematuramente. Quería ayudar a los seres, a quienes estuvieran dispuestos, desde allí, y luego manifestarse aquí nuevamente en su propio tiempo.
Dijo en su testamento que no necesitaba grandes pujas. Había orado toda su vida para ir a Dewa Chen y creía que tenía los méritos para ir allí. Sin embargo, dijo que si los amigos querían orar por él, deberían orar para que él y todos los seres renacieran en Dewa Chen y que pudiera ayudar a innumerables seres.
Esto es lo que me sostiene ahora sabiendo que Tulku Rinpoche no fue a Dewa Chen de vacaciones. Fue allí debido a su ardiente deseo de ayudarnos más, de entrar en nuestros corazones y mentes y ser íntimo con nosotros, empujándonos hacia la iluminación. No quiere mantenerse alejado. Todo lo que necesitamos es estar “abiertos”, y con suerte, reciprocar su ardor.
Tulku Rinpoche me aconsejó continuar con la práctica y las meditaciones de Guru Rinpoche que él nos enseñó. También me dijo que pensara, visualizara y sintiera – y él era todo sobre sentir – el amor sin límites, la sabiduría omnisciente y el poder omnipresente de Guru Rinpoche con devoción sincera siempre que tuviera tiempo libre durante el día. La mayoría de ustedes conocerán sus instrucciones, que dio muchas veces. Nos dejó una gran cantidad de enseñanzas, incluyendo 19 libros traducidos a 21 idiomas, y nos dio todas las herramientas que necesitamos para fundir nuestras mentes con las de los Budas.
Algunos comentarios personales
Encuentro que, cuando estoy en oración e intento comunicarme con Tulku Rinpoche y los Budas, estoy bien. Incluso podrían ver una sonrisa en mi rostro. Es cuando mi mente divaga y pienso en mi pérdida, que me entristezco. Así que intento permanecer en la Presencia y en comunión siempre que puedo.
También trato de recordar la alegría. Con el paso de los años, la vista de Tulku estaba fallando. Su audición se debilitaba. Tenía dificultades para caminar. Y aunque permaneció en éxtasis sin importar lo que sucediera a su cuerpo, ahora puede ver y escuchar todo e ir a todas partes al mismo tiempo. ¡Qué emocionante!
Kilung Rinpoche tomó el vuelo nocturno desde la Costa Oeste y se quedó durante la cremación, guiándonos expertamente y realizando ceremonias. También ha sido un maravilloso apoyo para mí personalmente. Y Sungtrul Rinpoche voló desde California solo para hacer Tshog durante unas horas a los pies del kudung de Tulku Rinpoche antes de tener que volver a volar.
También he descubierto un nuevo significado para la "preciosa sangha", cuyo apoyo y amor siento fuertemente, independientemente de la distancia geográfica. Estoy agradecida.
He escuchado de tantas personas cómo el fallecimiento de Tulku los cambió y profundizó su devoción y compromiso con la práctica, lo que sé que le complacería enormemente.
Sin Michael Baldwin y Harold Talbott, quienes trajeron a Tulku aquí desde la India a principios de los años 80 y apoyaron su trabajo durante el resto de su vida, nada de esto habría sido posible para nosotros en Occidente.
Con ustedes en el Dharma,
Lydia Segal