Ser fiel a la práctica diaria: un saludo de fin de año
La llegada del fin del año nos da un espacio para reflexionar acerca de lo que aconteció durante el año y si aquello que realizamos estuvo alineado con nuestras aspiraciones. Ser un practicante de dharma requiere una dedicación a tiempo completo, y la mayoría de nosotros también tenemos otras responsabilidades. El tiempo disponible para estudiar, reflexionar y meditar es siempre limitado. Durante gran parte de mi estadía en Nepal tuve la oportunidad de dedicarme a estas tres actividades de manera exclusiva, pero hoy, como la mayoría de nosotros, debo equilibrarlas con tareas que no me permiten la misma dedicación.
Personalmente encuentro muy beneficioso alternar el enfoque de mi práctica a lo largo del año. En ciertos periodos priorizo el estudio y la reflexión: estudio textos nuevos o repaso enseñanzas que estudié previamente, y en otros periodos priorizo la práctica de meditación, en donde el entrenamiento es aplicar las instrucciones recibidas. La práctica diaria de meditación es insustituible, no debemos dejar pasar ni un solo día sin practicar meditación, así, una vez que hayamos realizado al menos una sesión de meditación, podemos decidir conscientemente dedicar más tiempo al estudio y a la contemplación.
Planificar estas etapas me permite acomodar las responsabilidades que tengo en mi vida cotidiana. En otras palabras, cuando tengo claro qué debo hacer, cuántas sesiones por día y durante cuánto tiempo, las otras actividades naturalmente encuentran su lugar. Un amigo solía decir que ser practicante de dharma significa que siempre hay algo por hacer.
Al comienzo, organizar las sesiones de estudio, reflexión, meditación o retiros puede sentirse como una limitación o restricción en nuestra vida. Es justamente ahí donde debemos preguntarnos si realmente deseamos progresar en el camino. Transformarnos, remover las tendencias que oscurecen nuestra naturaleza es una de las tareas más desafiantes que podemos emprender. Exige constancia y mucha paciencia.
En mi experiencia, incluso viviendo en un monasterio o centro de retiros, siempre conté con una estructura clara que guiaba cada sesión. Llevar ese mismo marco a nuestra vida ocupada en Occidente es la única manera de sostener una práctica espiritual que dé frutos, sin perder la continuidad ni abandonar días de entrenamiento. Esta estructura solo puede surgir cuando hemos decidido, con convicción, que nuestra prioridad es percibir la realidad tal cual es para poder liberar a todos los seres de su angustia.
Coleman Barks, traductor de la obra del poeta sufi Rumi, resume así una enseñanza del Masnavi: “Sé fiel a tu práctica diaria. Sigue trabajando. Sigue llamando a la puerta; esa puerta abre desde dentro.”
Aprovecho para agradecer a quienes escuchan con atención cada episodio. Aunque no suelo revisar estadísticas, hace unas semanas recibí un email de Apple Podcast informando que Buscando Certeza se encuentra entre los más escuchados sobre budismo y espiritualidad en habla hispana dentro de su plataforma. Saber que hay personas realmente interesadas en dedicar tiempo a aprender temas que son difíciles y que requieren dedicación realmente me inspira a continuar generando contenido.
Al comienzo del próximo año compartiré novedades sobre los planes para el 2026.
Les deseo unas muy felices fiestas y un excelente 2026.
Un abrazo,
Gonzalo