Ayang Rinpoche: un gran maestro abandonó su cuerpo físico
En esta entrega pensé en compartir algunas experiencias que acabo de recordar luego del fallecimiento de Chojé Ayang Rinpoche.
A los pocos meses de mi llegada a Katmandú allá por el año 2009 viajé a Bodhgaya, el sitio donde el Buda alcanzó el despertar, porque era el lugar donde sucedía toda la actividad “espiritual”. Comenzaba el Kagyu Monlam, en donde miles de monjes y laicos se juntan a realizar prácticas y recitar aspiraciones para el bienestar de todos los seres, luego el Dalai Lama brindaba iniciaciones y enseñanzas, y como si eso fuera poco Ayang Rinpoche adaptaba su calendario para que su retiro de Powa no interfiera con las enseñanzas del Dalai Lama. Recuerdo que fue un mes largo de enseñanzas que comenzaban temprano por la mañana y finalizaban tarde por la noche, para volver a comenzar temprano al día siguiente.
Los tres eventos fueron muy ricos espiritualmente hablando, pero en este email quiero enfocarme en recordar a Ayang Rinpoche.
Nunca vi a tantos tibetanos y occidentales afectados por las iniciaciones como cuando Ayang Rinpoche las impartió. Los cientos de personas presentes coincidíamos en que durante las transmisiones se sentía que su energía impregnaba a toda la carpa precariamente armada en un terreno libre en las afueras de Bodhgaya. Muchos también tuvieron experiencias extraordinarias durante las transmisiones.
Durante ese retiro nos brindó la transmisión Drinkung y Nyingma de Powa entre otras iniciaciones. La práctica de Powa, uno de los seis yogas de Naropa, es una práctica que se utiliza para dirigir la consciencia al momento de la muerte. Si uno no logró el despertar durante la vida, puede aplicar esta práctica y renacer en una tierra pura en donde podrá progresar de manera más rápida hacia el despertar completo. Para lograr esto el practicante debe realizar la práctica de manera regular y tener una gran familiarización con la misma para cultivar la capacidad de realizarla al momento de la muerte. Esta práctica regular es un excelente camino para reconocer la naturaleza de la mente en vida y progresar con la familiarización de la misma.
Tuve otras oportunidades de clarificar algunas dudas ya que coincidí con Rinpoche alrededor de la Stupa en Boudhanath, pero en 2023 mientras estaba de visita en Nepal tuve la gran fortuna de participar en las últimas enseñanzas que brindó sobre la naturaleza de la mente en su monasterio.
El maestro principal de Ayang Rinpoche fue el Karmapa 16, quien insistió que debía dedicarse a viajar a países occidentales enseñando Powa. Estas enseñanzas de Powa generalmente no se enseñan antes de haber completado las 400,000 acumulaciones de los preliminares, pero el Karmapa le indicó que iba a beneficiar a muchos seres en occidente si la enseñaba, incluso a aquellos que no cumplieran con los requisitos. El Karmapa le explicó que el budismo no es parte de la herencia cultural occidental y por este motivo, en general, los occidentales carecen de fe en el budismo. A través de la práctica de Powa ocurren cambios físicos en el cuerpo y estos cambios ayudarán a que los occidentales reduzcan los apegos a sus vidas materialistas.
Durante el retiro Ayang Rinpoche nos contó que practicó Powa durante mucho tiempo en distintos sitios sagrados hasta obtener los signos de la práctica que indicaban que podía comenzar a impartir las enseñanzas sobre la transferencia de la consciencia al momento de la muerte.
Cada vez que hablaba de su maestro lo hacía lleno de devoción, y nos contó que durante su entrenamiento en Rumtek, India, el Karmapa introducía a sus discípulos, entre ellos Ayang Rinpoche, a la naturaleza de la mente simplemente al descansar en ella, de esa manera el Karmapa generaba las condiciones para que los allí presentes puedan ver la realidad tal cual es.
Su partida es una gran pérdida para el budismo, hago aspiraciones para que su hijo continúe el rico legado espiritual de su padre.